Salta Plast es una empresa familiar salteña dedicada a producir rollos, bolsas plásticas y reciclables para comercios e industrias. Sus productos se caracterizan por la excelente calidad de la materia prima que, sumada a la atención personalizada de vendedores y el servicio de reparto a domicilio, explican por qué una enorme variedad de clientes son fieles y la siguen eligiendo.
Todo comenzó cuando Samuel Pericón, ingeniero químico y gran conocedor de los procesos por los cuales se produce el plástico, montó su pequeña empresa unipersonal en Barrio La Loma. Al principio sólo era un galponcito alquilado en el que había unas pocas máquinas selladoras manuales. Pero luego, gracias a su capacidad, su visión emprendedora y sobre todo, gracias al apoyo y acompañamiento incondicional de su mujer, Leonor Gutiérrez, la pyme se trasladó a avenida Hipólito Irigoyen al 1200. En ese entonces, sumó un pequeño despacho de venta y también un espacio físico más amplio para aumentar la fabricación.
En 1991, la empresa se mudó a un local en Florida al 600, con un galpón interno para la producción con máquinas nuevas y un lugar habilitado para la venta al público. Ese mismo año, Salta Plast se transformó en una Sociedad de Responsabilidad Limitada y amplió su alcance llegando hasta Jujuy.
Capitalizando el éxito alcanzado y apoyándose en los ejes de su crecimiento, en el 2000, los Pericón decidieron instalar su casa central en avenida Chile 1502 y designaron a ese lugar como centro de distribución hasta hoy.
Después de mucho compromiso y trabajo incansable, hace 4 años la familia Pericón finalmente logró asentar las bases de la fábrica de Salta Plast en el Parque Industrial.
Toda esta cronología nos muestra a una empresa familiar que se convirtió en referente en lo que respecta a producción y comercialización de productos de plástico de alta calidad en el NOA, porque supo combinar con inteligencia y visión a futuro, la innovación tecnológica con la responsabilidad social y ambiental.
Actualmente Salta Plast tiene 13 sucursales ubicadas en Salta capital, Orán, Tartagal y Ledesma, en Jujuy. También tienen clientes en Formosa, Catamarca y Tucumán. “Nuestra intención es atender a la mayor cantidad y diversidad de público. Les vendemos a minoristas como farmacias pequeñas, carnicerías o panaderías de barrio; pero también a grandes empresas e industrias”, dijo Maximiliano, el menor de los hijos de Samuel y Leonor, en una entrevista con IN Salta.
Lograr mantener una estructura tan grande, con una cantidad importante de colaboradores, es el mayor logro de la empresa en este momento de crisis. Aunque el contexto económico sea complejo y haya palos en la rueda, Salta Plast le da trabajo a 100 empleados que cumplen sus funciones en las distintas etapas del proceso, ya sea en producción, comercialización, distribución o administración de los puntos de venta.
Tras la etapa de construcción de la empresa, la segunda generación pisó con fuerza. Proactividad, profesionalización, innovación, capacitación, compromiso, bienestar con el colaborador, optimismo en el trabajo y empatía son los valores empresariales que Samuel Pericón hijo y su hermano Maximiliano han absorbido desde niños y han potenciado a partir de su formación académica.
“Mi papá se encarga de planificar las cuestiones más estratégicas: las inversiones, las finanzas, y las compras a mayor escala. Mi hermano es Licenciado en Economía pero se capacitó más en la parte de producción. Por eso es que él y mi padre saben qué productos hacen falta, cuánto se produce y cómo se distribuye el trabajo de nuestros colaboradores en las maquinarias. Yo soy Licenciado en Administración y me ocupo de la parte administrativa, plenamente. La gestión de Recursos Humanos, comercialización, logística y distribución, es un mix entre nosotros tres; porque al ser una empresa familiar, todos hacemos de todo. Mi mamá no está físicamente en las cuestiones cotidianas de la empresa, pero sí cuando tomamos decisiones importantes. Ella es el nexo que nos une”, relató Maximiliano en otro tramo de la entrevista con IN Salta.
Los hermanos Pericón aseguran que se han involucrado a fondo en el negocio familiar porque su padre siempre les ha dado un gran margen de acción y los ha impulsado a tomar decisiones para el bien de la empresa. Como dijo Maximiliano, “mi papá es un hombre muy actual y receptivo a nuestras propuestas, sobre todo a las que tienen que ver con marketing digital y redes sociales. El entiende y sabe que son herramientas útiles para la comunicación de todo lo que hacemos”.
La RSE como bandera
“Yo creo que nuestros clientes nos siguen eligiendo porque somos una empresa seria, responsable, transparente, honesta, eficiente y respetuosa del medio ambiente”, dijo el menor de los Pericón a IN Salta.
Respecto al último aspecto, este es el tercer año que Salta Plast aplica su programa de Responsabilidad Social Empresaria, a través del cual reafirma su compromiso social y ambiental y lo integran al resto de los procesos organizacionales.
Dentro de este proyecto han realizado muchas acciones, entre ellas la puesta en marcha del programa “Puntos Verdes”, que consiste en entregar una cierta cantidad de cestos a las instituciones educativas o empresas con las que Salta Plast firma convenios a fin de que se conviertan en espacios físicos donde las personas puedan separar los residuos. Luego, la misma empresa se ocupa de retirarlos y reciclarlos en su planta. El proceso culmina con la elaboración de nuevas bolsas de residuos y de nuevos cestos que están hechos 100% de plástico reciclado.
“Cuando no se conoce el destino final de los residuos que han separado y hay desinformación respecto del resultado final, a la gente le queda el concepto incompleto. En cambio, nosotros cerramos el círculo: todo eso que están juntado se convierte en bolsas y en cestos”, explicó Maximiliano Pericón.
Salta Plast no sólo fomenta el reciclado y lo pone en práctica, sino que también articula su trabajo con ONGs, universidades, escuelas y entidades relevantes para la vida social de nuestra provincia como la Fundación HOPE. “Nosotros comercializamos bolsas de residuos que tienen una leyenda de la Fundación. Se venden en nuestras sucursales o en la misma sede de HOPE. Al tener la leyenda, un porcentaje de ventas de estas bolsas va directamente para ellos”, concluyó el joven empresario.
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