El pasado fin de semana Cafayate se llenó de alegría para recibir una nueva edición, la número 14, de la “Vendimia de las Nubes”. Los participantes pudieron disfrutar de una jornada plena de actividades, que arrancaron a las 9 de la mañana con el desayuno e incluyeron la bendición de las vides, la cosecha de la uva, una degustación de platos típicos y hasta un poco de baile.
“Año a año esta fiesta va creciendo y para nosotros es una enorme alegría poder agradecer a Dios esta cosecha y también compartir con tantos amigos y visitantes el fruto de nuestro trabajo y de la tierra, nuestro conocimiento y nuestra pasión. Los invitamos a que disfruten y se sigan sumando”, expresó el enólogo José Luis Mounier, propietario de Finca Las Nubes, quien brindó una amena charla sobre la ciencia y arte que significa transformar la uva en vino.
La jornada comenzó con un desayuno acompañado por pastafrola y bollos caseros. Alrededor de las diez se realizó la bendición y a las 11 los participantes se adentraron en el viñedo con guantes, delantales y tijera en mano. Muchas familias con niños pequeños trabajaron en equipo y disfrutaron recogiendo los racimos que luego se llevaron a la bodega para su vinificación.
Con gran orgullo Fernando Maurette, socio de Mounier presentó los vinos que obtuvieron más de 90 puntos Robert Parker: Torrontés Finca Las Nubes 91 puntos, Laguna Brava Tannat 92 y José Luis Mounier Torrontés con 92 puntos Parker. Explicó cómo está creciendo la bodega en los mercados internacionales. “Estamos exportando vino, dando a conocer el terroir salteño, con muy buena acogida por parte de los consumidores en Estados Unidos, Alemania, Suiza, Singapur, China y Perú, el último país al que llegamos y queremos seguir expandiéndonos”, aclaró.
Al mediodía se ofrecieron platos típicos como empanadas, humitas, tamales y locro maridados con los vinos de Finca Las Nubes para degustar al aire libre, con la espectacular vista del valle. La fiesta continuó con un espectáculo musical en el que diferentes artistas folklóricos deleitaron a los asistentes con su canto. Niños jóvenes y adultos bailaron al compás de las guitarras hasta el atardecer.
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