En este contexto, las redes sociales se muestran hoy como una gran herramienta, que permiten exponer perspectivas y opiniones, liderando tendencias y movimientos masivos. A la vez que despiertan grandes debates sobre cuáles son los límites para su uso, y el acceso a los datos sensibles de las personas y su privacidad.
Hoy se vive un éxodo masivo entre las aplicaciones. Pero las tendencias de uso social de las apps varían según la región, por ejemplo, en su momento, en Estados Unidos Facebook Messenger lideraba la tendencia, con sus opciones de Facebook Live, seguido por KIK. Si nos vamos a Asia, en Japón el más usado es Line, seguido nuevamente por Facebook Messenger, y en otras áreas de Asia, la opción líder es WeChat, y así sucesivamente.
Esto nos lleva nuevamente a preguntarnos sobre este nuevo tipo de migraciones, que están dadas por el grado de conciencia que la madurez tecnológica ha impulsado y que el Covid-19 ha terminado de establecer en el último tiempo, con especial énfasis en la preservación de la privacidad y la seguridad.
En estos días, los cambios en las políticas de seguridad desatan enérgicas reacciones de los usuarios que hacen temblar hasta los directivos más deterministas. Dentro de una serie de modificaciones, las causas principales que fundamentan los cambios de aplicaciones radican en los esquemas de recolección de datos, uso y acceso a información de índole privada. Si bien recientes migraciones en el ámbito de las aplicaciones de mensajería se grafican como un movimiento contundente, luego de la actualización de políticas de uso, estas migraciones ya son parte de las tendencias que van marcando las demandas e intereses de los usuarios, y la demanda de un uso responsable de nuestros datos.
Miles de usuarios se manifestaron en contra de los cambios, con una mirada orientada hacia la privacidad y el anonimato. La posibilidad de acceder al contenido de la metadata despierta desconfianza, un tema no menor, ya que allí se encuentra información tan sensible como la ubicación (en qué ciudad y en qué calle) o con quién hablás, entre otros datos. Esta información podría terminar siendo comercializable y, como en su momento fue dado a conocer por el consultor tecnológico Edward Snowden sobre prácticas de vigilancia masiva a través de aplicaciones móviles, es peor de lo que parece.
Este causal, que está generando migraciones masivas entre aplicaciones, refleja que existe un público más consciente de la exposición de su privacidad. Gran parte de esta conciencia se dio en el último año debido a la situación propuesta por el Covid-19, en la que todos nos digitalizamos aún más, y por ende nos empezamos a cuidar, ya sea por el esfuerzo que hicieron las organizaciones donde trabajamos o los medios, de darle una entidad a la seguridad y privacidad a los datos en canales digitales. Lo cierto es que los usuarios hoy demandan un mayor compromiso por parte de las empresas que manejan la información privada.
De cara a un nuevo Día Internacional de la Protección de Datos, también conocido como “Día de la Privacidad de Datos”, el público demostró, y seguirá demostrando, que estas nuevas migraciones se dan por hacer valer a aquellas aplicaciones que sean respetuosas de sus usuarios, no sólo en el contenido sino en el beneficio directo que tienen por ser parte de una red. ¡Bienvenidos a la Gran Migración Digital de 2021!
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