Ramiro Bogado tiene 37 años y una carrera por los más grandes medios de comunicación de Salta. Su pasión por la gastronomía lo llevó a ser chef desde el 2005. La pandemia lo dejó sin su fuente laboral, pero también le dio una oportunidad única de reencontrarse con sus orígenes.
“Me quedé sin trabajo y un día, entre tantos sentimientos encontrados, encontré una receta de mi abuela Candelaria; era de panes de campo y los hice y lo publiqué en Instagram. Una mujer me preguntó si los vendía y se los vendí y empecé a hacer otras cosas, sumando a mi producción con la inspiración de uno de mis maestros Juan Manuel Herrera, el pan nuestro de cada día en Canal Gourmet”.
Pero la inquietud de Ramiro siempre lo supera y en la pandemia decidió especializarse y hacer cursos de panadería francesa, contrario a todas las tendencias actuales que van hacia la masa madre.
De generación gastronómica
“Siempre busco ofrecer algo distinto, y soy de generación gastronómica. Mis padres son gente de campo, tenían una carreta con bueyes y repartían leche y quesos. Aún tenemos el horno de barro en el que mi abuela realizaba productos artesanales, con su raíz paraguaya, elaboraba chipá y sopa paraguaya, así era Candelaria”, nos contó.
“Todos tenemos un maestro que te inculca valores y la vida te va colocando en situaciones en las que te obliga a sacar tus talentos y ofrecerlos al mundo”, reflexionó.
Un descargo que es una necesidad: un horno para La Caserita
Ramiro sabe de política y economía y también de especulación, y por eso hay muchas realidades que le duelen de su país.
“Sí, es verdad que necesitamos un horno y sale cerca de $130 mil, pero también en esta economía hay muchos que especulan con el dólar, o son productos que vienen de otros países o incluso hay fábricas de Argentina pero todo lo venden en función del dólar y eso se hace cuesta arriba”, lamentó.
“Fue un descargo, en realidad fue solo eso, dolor de ver cuántos jóvenes emprendedores trabajan y tratan de salir adelante, y la economía les pone algún freno. Sé que al producto lo voy a conseguir pero de quien más espero es de la gente común, aquellos vecinos de barrio que entienden de la necesidad del otro y siempre salen al cruce”, confió.
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