En 2024, Salta consolidó su posición en la industria minera nacional con la puesta en marcha de la planta de producción de carbonato de litio de Eramine, y la planta de hidróxido de litio de Posco en General Güemes, dos hitos que marcaron el comienzo de una nueva era para la región. Además, y basada en las operaciones de la mina de oro Lindero, la actividad minera se mantiene como el segundo complejo exportador de la provincia, tal como viene sucediendo desde hace cuatro años.
El año 2025 se perfila como un periodo de gran actividad y expansión. Tres nuevas plantas de producción de litio comenzarán a operar: Ganfeng Lithium con su proyecto Mariana; Rio Tinto en Rincón Litio; y Posco con Sal de Oro, ubicando a la provincia en un punto estratégico clave en la transición energética a nivel global. Por otro lado, se prevén importantes avances en el proyecto de cobre Taca Taca, así como en otros yacimientos de plata y litio.
“Argentina y, en particular, Salta son lugares que el mundo está mirando con interés para invertir, y este interés se traduce en la oportunidad de atraer capitales que fortalezcan la economía regional y nacional”, señaló Simón Pérez Alsina, presidente de la Cámara, quien además marcó el desafío que se presentó tras la caída del precio internacional del litio y su impacto en la actividad: “La minería tiene ciclos, y aunque el litio atraviesa uno no tan favorable, debemos aprovechar este momento para prepararnos. Cuando los precios vuelvan a subir, estaremos listos. Pero además, es fundamental, no limitarnos a mirar solo el litio, tenemos oro, plata y cobre con gran potencial. Con este objetivo, es importante trabajar con responsabilidad y en conjunto todos los actores de la cadena de valor minera: gobierno, empresas, proveedores, trabajadores y comunidades”.
Es importante señalar que como ya se comenzó a percibir, el crecimiento del sector minero representa una oportunidad para que proveedores locales se integren de manera competitiva en la cadena de valor minera. Mientras que por otro lado, este desarrollo se traduce en una mejora de la calidad de vida para las comunidades de la puna salteña, ya que se busca promover proyectos que respeten tanto la sustentabilidad ambiental como los valores y tradiciones de las comunidades originarias.
Expectativas por el RIGI
La adhesión de Salta al Régimen de Incentivo a Grandes Inversiones (RIGI) genera grandes expectativas en cuanto a la atracción de nuevos capitales. Este marco normativo otorga beneficios para potenciar el desarrollo de proyectos de gran escala. Según Pérez Alsina, “en Salta, probablemente tengamos al menos tres o cuatro proyectos en el RIGI para 2025, lo que implicará grandes inversiones, generación de empleo y desarrollo de proveedores. Esta normativa impulsará proyectos en distintas provincias por lo que será vital mantenerse ágil y competitivo en todos los aspectos para que Salta pueda tomar ventaja de las oportunidades que se generen”.
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