Melisa Aramayo Corral no solo creó un emprendimiento: creó una comunidad. Una con sabor a coco, waffles, budines integrales y mucho amor propio. El nombre te lo dice todo: “Saludable Porque Me Quiero”, un emprendimiento que nació para eso, para cuidarte, pero también para recordarte que lo sano empieza por uno mismo.
Melisa arrancó en 2017, cuando casi nadie hablaba de alimentación saludable en redes sociales. “Subía recetas a Instagram porque yo estudié Nutrición y siempre estuve en gimnasios”, le contó a IN Salta. Sin proponérselo, se convirtió en una de las primeras influencers gastronómicas saludables de Salta.
Vendía productos importados… hasta que llegó la pandemia. Se cerraron las importaciones, se cortaron los ingresos, muchos seres queridos quedaron sin trabajo. Y ahí, en ese punto donde muchos se congelan, Melisa eligió crear. Con $ 2.500, literalmente lo que le quedaba, publicó sus recetas. Y la gente empezó a pedirle.
Primero fueron waffles de coco y budines integrales. Después sumó ensaladas, luego viandas, panes y finalmente absolutamente todo lo que necesitás para comer sano y rico. Hoy fabrica más de 60 productos que salen frescos todos los días.
Una pyme familiar que late fuerte
Lo que empezó en un monoambiente (donde ya no entraban ni las cajas), ahora funciona como un pequeño universo saludable donde trabaja toda la familia. “Mi papá es el alma del local”, dice Melisa. Y cualquiera que pasa por Las Heras 1355 lo confirma. Atiende con carisma propio, de esos que no se pueden enseñar.
Su abuela es la maga de la cocina, la que transforma ingredientes en recetas caseras con ese toque que no se compra ni se copia. Su mamá y su hermano también son parte del equipo. De la pandemia salieron sin empleo, pero hoy todos tienen trabajo… en el mismo sueño.
“Saludable Porque Me Quiero” es más que comida rica. Es un proyecto que nació de la crisis y se sostuvo en la fe, la constancia y el amor propio. Hoy es una marca con identidad, con clientes fieles, con impacto en la vida de quienes buscan comer mejor sin resignar sabor.
“Es felicidad pura”, repite Melisa. Y se le nota. Ese brillo de quien hace lo que ama y lo hace con propósito.
Melisa no piensa chiquito. Sueña con una fábrica, con tener el Registro Nacional de Establecimiento, con llevar sus productos a toda la Argentina. Sueña con que lo casero, lo sano y lo hecho con amor llegue cada vez a más mesas.
Y si ya logró todo esto con $ 2.500, una abuela, un papá y un corazón gigante… ¿quién le dice que no?
Te esperan en Las Heras 1355, o seguilos a través de: https://www.instagram.com/saludableporquemequiero/
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