El viejo sueño del Norte Grande: “En tiempos de incertidumbre social y política, todo encuentro es esperanza” 

Conversamos con el empresario de la construcción, Jorge Banchik, sobre estas reuniones en las que se vuelve a hablar de Norte Grande, con sus complejidades y la necesidad de federalizar las políticas de reactivación económica. Desde la década del ´70, Banchik es un apellido vinculado a Norte Grande. Su padre fue un ferviente impulsor de la integración regional subnacional en esta parte del continente, basada en un Norte argentino productivo y conectado con el mundo.

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Con las reuniones y asambleas de gobernadores que contemplan una agenda para poner sobre la mesa de la discusión política, las asimetrías y situaciones diferenciadoras del Norte Grande, los más viejos volvieron a pensar en aquellos hombres y mujeres que dieron forma al GEICOS (Grupo de Empresarios del Centro Oeste Sudamericano), inauguraron la primera Ferinoa o empezaron a hablar de ZICOSUR (Zona de Integración del Centro Oeste Sudamericano) porque cada sueño de integración subnacional, se asentaba en un Norte Grande sólido, productivo, unido y con ventajas competitivas frente a la mirada porteña. 


Norte Grande e integración regional fueron términos que quien es hoy el  presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, Jorge Banchik, escuchó de su padre en cada encuentro al que lo acompañó, y en más de algún espacio que don Mario Banchik compartía con amigos allá por la década del ´70 (su compromiso fue tal que hoy la ruta 51 que une el aeropuerto con el paso de Sico lleva su nombre).

In Salta lo consultó sobre este encuentro de las autoridades del norte argentino con el presidente de la Nación. La actividad lo llena de optimismo, pero en una lectura más objetiva, cuestionó que deban existir estas reuniones para que el norte argentino pueda finalmente tener voz.   

“En este contexto cualquier cosa me da esperanza. Es fundamental unirnos porque la fuerza está en los votos y es la única forma que tiene el norte de llegar a nivel político y que nos tengan presente. Es triste que esto deba ocurrir. Que un grupo de personas se reúna, en este caso desde el sector político indica que algo no está bien, y no está bien desde hace mucho tiempo”, indicó Jorge.  

En este sentido, señaló que la lucha no fue solo de su padre, sino “de un grupo de gente que quería salir al mundo, crecer y tener un país federal. El tema es que cada vez somos más unitarios y, nuevamente, todo se concentra en Buenos Aires y todo se tiene que hacer allá. Esto nos obliga a unirnos para poder mostrarnos como región, que tenemos producciones y un montón de cosas que nos van a hacer salir adelante, porque podemos y tenemos esa capacidad”.  

Sobre el mismo tema, Banchik amplió que “el sueño fue y es que cada región tenga su peso, en igualdad de condiciones, que se atienda las necesidades puntuales de cada una, que no son las mismas y que la gente de Buenos Aires no digite absolutamente todo. Lamentablemente, terminamos dirigidos por gente que no conoce las realidades nuestras y tratan de hacer algo para todo el país. Esta unión de gobernadores permite manifestar nuestras inquietudes, pero habla de que algo no está funcionando bien”. 

En otro tramo de la charla, y sobre el momento político del país, el dirigente evaluó que “existe mucha incertidumbre, informalidad, y contradicciones. Piden que no nos juntemos y en el aeropuerto te bajan en un colectivo con gente hacinada. No hay un manejo serio de la situación, tenemos que ser un poco más organizados. Por ejemplo, yo creo que los chicos tienen que volver a clases presenciales. Las provincias que venimos trabajando hemos hecho un gran esfuerzo y hoy muchas actividades están realmente complicadas. La única forma de salir adelante es ayudarnos entre todos y esto no significa que no nos vayamos a contagiar ni tener problemas. Lo que necesitamos es ir retomando la normalidad con los nuevos cuidados que hay que tener”.   

Momento complicado para la construcción 

El presidente de la Cámara advirtió también que la actividad atraviesa un “momento complicado. En el marco de la actividad privada, mucha gente decidió destinar el tiempo y dinero que les dejó no salir de vacaciones para arreglar sus casas, y construir determinados espacios menores. Pero al mismo tiempo, en el ámbito inmobiliario no hay compradores porque están muy expectantes de lo que está pasando con el dólar”, comentó. 

En este sentido, Banchik destacó las nuevas alternativas de construcción en seco, con nuevos sistemas que ya llegan prefabricados. “La gente sigue prefiriendo su casa de materiales, pese a que los nuevos sistemas son buenos y están aprobados. Ambos sistemas de construcción tienen sus pro y sus contras, pero finalmente creo que la gente optará por esta alternativa que es más eficaz”, avizoró.  


“En lo referido a la obra pública, hay muchos anuncios, mucha expectativa, y la gente está desesperada por trabajar, pero es difícil hoy mantener los parámetros de una licitación, hay escasez de materiales, los proveedores no quieren vender porque algunas cosas no tienen precio. Esto es todo un combo que hace muy difícil manejarse; los obreros están temerosos por lo cual los rendimientos son bajos y el presupuesto que se formula en el inicio de la obra se hace más oneroso”, advirtió. 

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