Desde que abrió sus puertas en 2005, el Sheraton de Salta se puso al nivel de los otros establecimientos de la marca Marriott. Pandemia, cambios culturales y sociales, el hotel se adaptó para dar respuesta a todos los escenarios. Sobre ello hablamos con el gerente general, Gerardo Giampaolo.
-¿Cuántos Marriott existen y cuál fue la idea al desembarcar en Salta?
-Solamente en Latinoamérica, Marriott tiene 312 propiedades, desde México a la Argentina. A nivel mundial estaremos en ocho mil hoteles. En Argentina tiene nueve propiedades en lugares turísticos muy icónicos como Mar del Plata, Mendoza, Bariloche, Buenos Aires, y Salta tenía que estar. Cada lugar donde la compañía está presente es un lugar icónico por distintas cuestiones. Este hotel abrió en octubre de 2005 con la idea de hacer base en un lugar turístico emblemático del norte de Argentina.
-¿Qué características tiene el Sheraton Salta?
-Una fundamental que es la versatilidad. Es un hotel que se prepara muy bien para recibir huéspedes que vienen a pasar vacaciones un fin de semana como así también a los que llegan para negocios, congresos y convenciones. Eso es una característica de la marca Sheraton en sí misma y acá en Salta puntualmente se pudo plasmar muy bien.
-¿Cómo fue volver a activar el negocio después de la pandemia?
-Fue duro por la incertidumbre. A mí, que llevo más de 20 años en el rubro, me ha tocado abrir hoteles, lo que a nivel profesional es una de las experiencias más lindas que te pueden tocar; y me tocó cerrar este y fue todo lo contrario. A partir de que el hotel cerró por lo que estaba pasando en el mundo, de ahí para adelante fue todo incertidumbre, el paso a paso, el día a día.
En nuestro caso, por suerte contamos con mucho apoyo de Marriott y de la gente que trabaja en el hotel porque sabíamos que era algo que estaba afectando a nivel mundial. Reabrirlo fue también hacerlo con la misma incertidumbre de algo que nunca habíamos vivido, no nos había pasado y lo hicimos con pasos firmes y bien medidos, en cada decisión que se iba tomando, porque no sabíamos con qué nos íbamos a encontrar después.
-Y después nos encontramos con una crisis económica, ¿cómo repercutió en ese proceso de recuperación?
-Somos una compañía con mucha presencia en todo el mundo, entonces tengo colegas en cada rincón del planeta. La situación argentina les llama la atención. Aplicamos el mismo criterio que se aplica en cualquier crisis. Yo te decía que la reapertura después de la pandemia fue con pasos firmes y decisiones muy medidas, quizá con esta crisis que está viviendo hoy el país tenemos la misma metodología.
Analizamos mucho los precios, los costos, cuidamos la energía más allá de que para nosotros la sustentabilidad es fundamental, y también tenés las tarifas que hay que cuidar, especialmente. Todo lo hacemos con pasos firmes y analizando qué puede pasar al día siguiente.
-¿Cuál es el balance de la temporada de invierno?
-La temporada fue excelente, lo pudimos ver con antelación por el escenario económico argentino, suponíamos que cuando la pandemia nos diera un poquito la oportunidad, el turismo iba a explotar y el escenario lo que hace es potenciar el mercado doméstico, porque salir hoy al exterior se ha puesto un poco más complicado. A su vez, para el extranjero, Argentina se transformó en un destino muy accesible y en ese sentido, lo que se espera para adelante también es excelente, mucho mercado doméstico, una buena cantidad de visitas extranjeras.
Ahora, el Gobierno de Salta ha hecho una gran gestión con Aerolíneas Argentinas: tenemos un vuelo que viene de San Pablo, que está llegando tres veces por semana, y ya están hablando de volver a gestionar vuelos desde Lima, y desde Panamá, con los que contaba Salta antes de la pandemia. Hoy ya tenemos la ruta confirmada con San Pablo y si logramos confirmar estos otros dos vuelos internacionales, el escenario será excelente para adelante.
-¿Qué servicios ofrecen para los locales?
-Para los salteños tenemos dos muy buenos restaurantes, uno en el primer piso que es gourmet con una muy buena carta de vinos, con propuestas lindas basadas en la gastronomía local, pero con alguna vueltita más de sofisticación; en la planta baja, tenemos el Tipas Bar, un restaurant bar un poco más informal, con propuestas más sencillas para el día a día. Los dos lugares trabajan muy bien, con muy buenas ofertas a nivel producto, y con una muy buena relación precio/calidad.
Ofrecemos también un gimnasio, con un área de spa y la piscina, donde también tenemos un buen número de socios que nos visitan; se suma un parque divino, con una vista hermosa a todo el valle porque la piscina está en un segundo piso y el hotel está en una zona elevada de la ciudad. Es un lugar ideal para venir a pasar la tarde. En verano también tenemos un bar que tiene servicio de gastronomía y para venir a almorzar o venir a pasar la tarde es un muy buen plan. Son todas buenas propuestas.
-¿Qué políticas de responsabilidad social empresaria sostiene la firma?
-Marriott, en todas sus marcas, está muy conectado con la comunidad. Trabajamos mucho y muy fuerte en la sustentabilidad. También trabajamos con instituciones educativas, nos gusta abrir las puertas a los niveles secundarios, terciarios, y a algunos estudiantes primarios también. A los chicos les encanta recorrer el hotel y a nosotros nos gusta contarles sobre la profesión, despejar las curiosidades que ellos tienen y además, ofrecemos oportunidades de pasantías. Está en la esencia de la compañía tener una conexión fuerte con la comunidad en donde estamos presentes, en cada rincón del mundo. Para nosotros es uno de los ejes de trabajo.
-¿Cuántos colaboradores tiene Sheraton Salta y cuáles son las políticas de inclusión de género de la firma?
-Tenemos entre 90 y 100 colaboradores, es variable de acuerdo a la época ya que a veces necesitamos un poco más. En julio, tuvimos entre 120 y 130 porque hubo mucha ocupación. Las políticas de género son el respeto absoluto. Hacemos celebraciones y eventos de inclusión, todo lo necesario para la integración en la normalidad, que es lo mejor que puede pasar. A veces se piensa que hay que hacer algo especial para la inclusión y, en realidad, en los eventos integradores del equipo se contempla esa normalidad, que tiene que ser la moneda corriente.
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