En Salta crece el movimiento Slow Food y la demanda de los turistas que visitan la provincia de acceder a una gastronomía que refleje la identidad del destino. El objetivo entonces es intensificar la producción de cercanía, revalorizando la producción local y poniendo en valor el ámbito productivo que directamente beneficia a los productores que conforman la red y a quienes buscan una mejor experiencia.
El Ministerio de Turismo y la Red de Organizaciones Slow Food Argentina trabajan en conjunto con los actores sociales desde hace un año. Esto se realiza en el marco del programa provincial Restaurantes KM 0, que justamente tiene como finalidad cubrir una demanda que crece cada vez más.
Más restaurantes obtuvieron certificados del programa Km 0 como las propietarias de los restaurantes El quincho de Doña Lía y Lo de Julia de La Viña, un grupo de mujeres que realizan platos tradicionales, entre ellos alfajores elaborados con harina de uva de su propia producción desde hace un poco más de 50 años. En esa localidad también fue distinguido el parador Las Abritas que es atendido por sus dueños y donde se sirven empanadas al horno de barro y unos tamales bien salteños.
En Cafayate recibió la distinción Café Bike un lugar que brinda una cocina tradicional utilizando materias primas autóctonas que se convierten en auténticos manjares. En Seclantás, Casa Díaz con una tradición que se remonta a fines de 1800 conserva platos tradicionales que se transmiten de generación en generación: hulpada y chilka.
En Cachi, el restaurante Catalino ofrece cocina de autor en el hotel El Cortijo y platos de un cultivo soberano: la quinoa.
El restaurante Viracocha ofrece un menú 100% Slow Food que revaloriza productos locales como la harina de algarroba, maíz capia, logrando así una oferta buena, limpia, justa y exquisita, que genera una economía circular con la gente del pueblo y alrededores.
La comunidad indígena de Yariguarenda trabaja en Tartagal en la educación alimentaria y abre sus puertas para experimentar la elaboración de comidas tradicionales de la etnia Ava- Guaraní.
En Casa Chicoana, un almacén de ramos generales de 1921, se conservan objetos de la época y una cocina tradicional, que ofrece una experiencia de degustación de salsas criollas y ensaladas de la huerta. En el sector de tragos se pueden maridar vinos salteños con quesos de cabra y salame de llama, todos productos de elaboración artesanal.
En Cerrillos, en la casa de empanadas La Churita se puede disfrutar empanadas de quinoa, charqui, pejerrey entre otras.
En la ciudad de Salta, el restaurante Los Cebiles del hotel Casa Real es una muestra de un equipo gastronómico comprometido con el ambiente, la excelencia del chef y su equipo presentan una propuesta combinada con jugos y tragos de su creación.
El restaurante Viracocha Salta con su sopa andina, la pizza con masa de maíz morado, ensaladas con vegetales y quinoa y maridaje de cervezas artesanales, es una virtuosa combinación de sabores definidos y aromáticos. Otro lugar destacado es José Balcarce, que desde su cocina de autor interpreta los productos de cercanía en platos que transportan a una experiencia inigualable.
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