En diálogo con IN Salta, el presidente de Bodegas de Salta comentó que “tenemos dos escenarios y pese a la innegables necesidades que padecemos, tenemos que darle gracias a Dios porque las máquinas siguen funcionando”, explicó.
Sobre la cuestión, amplió que “perdimos muchas exportaciones, fuimos uno de los sectores que más se frenó de entrada con la pandemia. Sin embargo, desde la reactivación y de dos meses a esta parte, vemos se está dinamizando. Estamos trabajando. Si lo analizás comparado con otros sectores de la economía argentina estamos bien”, celebró.
“La otra visión es que las expectativas que teníamos a fines del 2019 y como venía la cosecha 2020 no se cumplieron obviamente”, observó. “El sector primario, que es el de la producción de uvas, se vio relegado en términos económicos y ni remotamente se ubicó en los valores que uno tenía pensados para el año 2020. Desde el 2017 que no logramos una actualización en los precios”, comentó.
Panorama incierto
Con respecto a las bodegas de Salta, el presidente de la entidad que las agrupa comentó que ninguna se vio obligada a cerrar sus puertas, pero reconoció que funcionan en un mercado incierto.
“Cayeron las exportaciones y desde la finca, para ser embarcada la uva, tenés que pagar los gastos de Aduana. Pese a esos gastos, hubo un parate hasta abril y mayo que empezó a reactivarse. También hubo una merma para el mercado interno. La gente dejó de comprar para abocarse a consumos de primera necesidad”, informó.
“Salta tiene la ventaja de tener más volumen en líneas de exportación y otra ventaja el hecho de que el 99.9% de nuestros varietales no se encuentra en la línea de productos de precios cuidados”, precisó. Y agregó que “el mercado interno es mayor que la exportación y se está reacomodando. Respecto a los vinos blancos tuvimos una exportación récord a España y eso nos sostuvo, pero la incertidumbre económica y productiva es nuestra mayor preocupación”.
Tu opinión enriquece este artículo: