El conocimiento constante para entender la dinámica del mundo

(Por Guillermo N. Toranzos Torino, Dr. de la UBA. Director de la Maestría de Agronegocios de la UCASAL. Director de la Maestría de Negocios Internacionales de la FEC-UBA. Profesor de posgrado, investigador y consultor) La dinámica de mundo requiere de una capacitación constante por parte de los países y sus regiones, para generar respuestas apropiadas a los problemas que se presentan, en relación al crecimiento, distribución de ingreso e inserción en el mundo. Ello comprende a todo el sistema económico-social.

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Por el lado de la oferta, a sectores de la economía real, como la agroindustria, energía, minería, etc. En cuanto a la demanda, si bien en el corto plazo adquiere relevancia el consumo interno, el largo plazo está explicado por las exportaciones, en particular de bienes y servicios, destacándose el sistema agroindustrial, el energético, el minero y el turismo, entre otros. Pero ello requiere de un significativo flujo de inversiones, relacionado con la infraestructura, logística y transporte.

El problema que presenta el país y principalmente su interior, emerge a través de la preeminencia del pensamiento de corto plazo, careciéndose de una visión de largo plazo. Por ello las posiciones entre los jugadores de la economía son cada vez menos flexibles y  aumenta la puja distributiva y la volatilidad. Nuestro país amplifica los efectos negativos de las crisis y la volatilidad internacional.

Se requiere volver a mirar el largo plazo en el marco de un sistema institucional más inclusivo y  establecer una visión focalizada, por parte de los agentes económicos y políticos, de donde se estima llegar en los próximos años, en relación al crecimiento, distribución de ingreso,  y los costos que esto pueda tener en el corto plazo. La adecuada utilización de los recursos económicos y humanos, permiten aseverar que los niveles de crecimiento deberían duplicar las tasas mundiales en términos de PIB y de exportaciones. El crecimiento gira en el largo plazo, sobre la mayor inserción de la Argentina en el mundo, desarrollando una agresiva política exportadora, la cual requiere de fuertes inversiones, como se ha señalado. Las exportaciones permiten levantar las restricciones externas al crecimiento y contribuyen a mejorar la productividad de los factores económicos y a la mejora del empleo, por su efecto sistémico.

Es importante la tendencia hacia una mayor apertura externa, consecuencia de mayores acuerdos regionales y acentuando nuestra presencia en los foros multilaterales.

Pero lo expuesto carece de sentido si no se estabiliza la economía, a través de un sistema de acuerdos sociales con todos los jugadores, que implique estabilidad de precios, tipo de cambio alto, mejora en los ingresos y su distribución. Asimismo, un marco estable para aumentar el stock de capital que permita el crecimiento del PIB.

La estabilidad y una política exportadora, están sostenidas por la inversión, la política fiscal y la política monetaria que se requiere para darle liquidez a la economía. Además de una educación constate. Ello constituye un sistema, en cual las vinculaciones determinan la productividad del sistema. No se pueden implementar a partir de una evaluación de compartimientos estancos.

Escenario futuro probable en los próximos 15 Años

La prospectiva desarrollada por especialistas, permite inferir  que el mundo transitará por un ambiente de fuerte cambio tecnológico, como la tecnología próxima (TP), la cual comprende una sinergia de tecnologías, como  la automatización y la inteligencia artificial, la robótica, lo cual implica vehículos autónomos, la biología sintética, la nanotecnología, el análisis de la nube, la realidad virtual, la impresión 3D y 4D, y la bioimpresión. Se asistirá a la configuración de una nueva matriz energética, como consecuencia del acuerdo sobre cambio climático y el transporte basado en electricidad y en el hidrógeno. El desarrollo de políticas tendientes a mitigar la emisión de gases efecto invernadero tendrá efectos sobre la producción de bienes y servicios, buscando generarlos con baja huella de carbono y adecuando las normas generales a tal efecto. Por otra parte se protegerá el uso del suelo, así como también el cuidado del agua. 

La evolución tecnológica puede tener un impacto significativo sobre los puestos de trabajo; ello dependerá de la comprensión de la magnitud del cambio y de ver hacia dónde se está dirigiendo la humanidad. Considerando esta realidad, se deberá capacitar a las personas en los nuevos requerimientos que demandarán los empleadores.

Este proceso de cambio generado por la nueva tecnología también tiene aspectos  negativos. Tal sería el caso si los gobiernos no los prevén y en consecuencia su impacto sobre el trabajo y la educación generen una fuerte brecha en los sistemas. Si bien este cambio aumentaría la productividad global, es importante destacar la importancia del control de la tasa de sustitución de tecnología versus mano de obra. La consecuencia del cambio aumentará la longevidad y la gente trabajará más tiempo por cuenta propia en los temas de su interés.

Educación para el cambio

El desarrollo de la educación en la Argentina fue muy importante, a partir de 1870, como también la cultura del trabajo que trajeron los inmigrantes. Los cambios que se están produciendo y que se acentuarán, por el desarrollo tecnológico, no solo afectarán los requerimientos del empleo, sino que también generarán cambios en la educación y modalidades de trabajo. Se señala que se hará cada vez más evidente la tendencia en la educación hacia las Ciencias, la Tecnología, la Ingeniería y las Matemáticas, aspectos que en el mediano pueden dar respuestas rápidas la inteligencia artificial y la robótica. Ello puede significar que, para el largo plazo, se presenten más posibilidades en las ciencias blandas que en las duras en la formación para el autoempleo, y se pueda mejorar el problema emergente de la desocupación.

La educación también involucra la orientación y el desarrollo de la investigación. Se debería, a la luz del proceso de transformación económica, establecer y adecuar la formación del stock de capital humano. Ello implicará revisar los planes y formas de transmitir el conocimiento adecuado a las circunstancias cambiantes. Las empresas y el Estado tienen un rol fundamental en configurar la agenda educativa y proceder a su implementación. En el financiamiento, los sectores sindicales, advertidos y preparados para el cambio, deberán contribuir en el financiamiento para la formación de los trabajadores, con el apoyo del Estado en los niveles primario, secundario y terciario. Las empresas invertirán en la capacitación de sus cuadros; y todo lo expuesto en el marco de una continúa interacción, donde no se debe perder de vista la visión focalizada en cuanto al desarrollo y crecimiento del sistema económico-social.

Por lo expuesto, el problema de la educación enfocada en el trabajo será la consecuencia de la acción conjunta de las empresas, sindicatos, universidades,  el gobierno y los partidos políticos. Se requiere una gran capacidad de acción enfocada en el largo plazo para poder construir puentes entre el actual nivel de educación y el que se presentará con rapidez en el futuro inmediato. Ello implica un desafío de gran magnitud para no quedar marginados ante los cambios que se producirán como consecuencia de la próxima tecnología, la cual está dando sus pasos aceleradamente.

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