Inquieta, audaz y sumamente impaciente; así se define Anastacia Pardo cuando se presenta. Todavía recuerda cuando, entre los libros de la Facultad, esta estudiante de Relaciones Internacionales alternaba entre harina y quesos extranjeros para crear su delicioso tiramisú y ayudar a su mamá en el restaurant Boca en Boca.
“Tal vez uno pensará que estas cualidades no se llevan bien con la pastelería, que es un oficio de paciencia... ¡y tienen razón! Pero, ¿qué te puedo decir? La pasión me busca sin que yo me pueda escapar. Como verás, yo estudiaba otra cosa; pero la pastelería me llama”, bromea.
A Anastacia la dulzura le brota por la sonrisa y le corre por las venas: cuatro generaciones de excelentes pasteleras y cocineras imprimieron en ella el amor por la buena comida y los postres. Al principio solo la motivaba la necesidad de ayudar a su mamá, pero al notar que su tiramisú ganaba en popularidad y clientela, el espíritu del éxito se apoderó de esta emprendedora.
“No lo podía creer. Era una locura que mi madre me pida más y más postres y yo no sabía qué hacer cómo organizarme, porque de verdad me gustaba esa sensación de aceptación. Finalmente fue mi papá quien me incentivó a seguir con lo que me hiciera feliz”, comenta.
Este producto estrella fue el despegue de Il Sapore, que luego se fue diversificando hacia otras variedades de la pastelería igualmente aceptadas y solicitadas por los clientes: tartas, tortas y especialidades; todo en versiones mini y familiar.
El sueño de Anastacia es poder instalar su pastelería de forma independiente al restaurant para poder ofrecer sus productos a aquellos que solo optan por los postres.
A los postres de Il Sapore los encontrás de martes a domingo en 20 de Febrero 1294, entre Aniceto Latorre y 12 de Octubre; o podés hacer tu pedido al 3875818594.
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