Aunque en estos tiempos el foco está puesto en el litio y las posibilidades económicas que abre al país, el cobre también tiene el potencial de posicionar a Argentina como un actor central en la producción mundial de ese mineral. Salta tiene participación en esa proyección con Taca Taca, proyecto de clase mundial que la canadiense First Quantum Minerals y la subsidiaria Corriente Argentina S.A. ejecutan en Tolar Grande.
El vicepresidente del proyecto, Carlos Ramos, analizó la actualidad de la producción minera, su influencia en la economía del país y las perspectivas de desarrollo en base a las proyecciones concretas de planificación de eficiencia energética. Abordó el tema en una charla en el marco de la Diplomatura en Comunicación Minera, dictada por la Universidad Católica de Salta.
Quien hasta hace unos días fue el presidente de la Cámara de Minería de Salta anticipó que “se va a quintuplicar la demanda de cobre para un auto completamente eléctrico, con el consecuente aumento de la demanda de cobre en general en el mundo. El mayor ingreso que se generaría en el país por la exportación de este mineral sería una solución de fondo a los problemas económicos que nos aquejan”.
Ramos dijo que uno de los aspectos que se tiene que considerar, en un nuevo plan económico nacional, es una fuente de divisa que no dependa de los factores ambientales como el sector del agro. “Además no es solo pensar en el valor del dólar sino que el camino es pensar en exportar más”, señaló.
Indicó que hay que tener en cuenta los proyectos de clase mundial que se desarrollan en Salta, San Juan y Catamarca para Argentina. Los proyectos en total son 12, pero son cinco los que están listos para avanzar en la fase de construcción.
“Cuando uno compara la inversión requerida para una planta de litio y una de cobre la diferencia es abismal. Para la primera se necesitan US$ 700 millones, mientras que en Taca Taca llevamos invertidos US$ 700 millones y todavía no se inició la construcción. La obra va a demandar US$ 3.600 millones y va a generar 2.600 a 2.700 empleos directos más el doble de eso en empleos indirectos”, señaló. Y en este sentido, pidió un tratamiento fiscal específico para esta producción.
Ramos informó que todas las empresas en producción tienen reclamos ante el Gobierno. Lo que propone el sector es que haya un arbitraje internacional para determinar los precios para mayor transparencia y así evitar juicios a cinco o seis años y la desvalorización del dinero. “La cosa cambiaría mucho si se consideraría aplicar un IVA de construcción. Es que a diferencia de otras plantas, una de cobre necesita cuatro años para empezar a producir. Hasta que eso ocurra, los aportes realizados por un valor agregado que no se tuvo, no se recuperan”, advirtió.
Por lo tanto, el cobre forma parte del gran fenómeno de transformación de la energía, al igual que el litio, como un material fundamental para alternativas más eficientes, pero los inversores piden garantías y más claridad en los precios.
“Las inversiones van a llegar si se le dan las condiciones para que esto pase. De lo contrario se irán a otros países que también tienen el mineral, es tan sencillo como eso”, sentenció.
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