Los apuntes históricos sobre el departamento San Carlos cuentan que en finca El Carmen, ubicada en Angastaco, el primitivo dueño de estas tierras se encontraba cavando con la peonada cuando de pronto de una de las palas salió un ruido extraño. Inmediatamente dio la orden de cesar las tareas.
Curioso, el patrón volvió a la noche y extrajo de la acequia “un tapao” que consistía en varios sacos de oro. A partir de entonces la parcela se llama “El Cese”.
La familia Zamora Franzini no encontró monedas de oro pero, en cambio, encontró un proyecto que los une en el amor por el buen vino.
“Es nuestro propio tapao y no es que no hayamos intentado, en cada plantación escuchamos atentamente a ver si encontramos el oro pero la Mama Tierra sabe que nos regala algo más valioso”, contó Milagro Zamora a IN Salta.
La empresaria recordó los inicios en 2006 cuando compraron la finca con sus papás. "Era un lugar que tenía un poco de producción de cebollas, un par de acequias y tierras en las que no se cultivaba nada. Nuestra idea era ir a los valles para buscar descanso y al cabo de un tiempo papá se entusiasmó con la idea de plantar viñas y así nació la bodega, sin darnos cuenta”, compartió.
Ella se refiere a Ramiro Zamora y a María Teresa Franzini, acompañados en esta aventura por sus cuatro hijos Macarena, Teresita, Ramiro y Milagro.
La finca tiene hoy una producción máxima de 70.000 litros de 11 hectáreas de viñas. Los planes no son el crecimiento crudo, sino mejorar cada año en una apuesta interminable por la calidad del producto.
“Nuestro desafío es mantener esta producción y no aumentarla, sino apuntar a mejorar la calidad”, garantizó Milagro.
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