La alegría por la reapertura de las puertas del Ingenio San Isidro de la localidad de Campo Santo “duró poco”, según admitió el secretario general del gremio que los nuclea, Mariano Cuenca, en diálogo con IN Salta. La razón es que la contratación de los ex trabajadores -que se estimaba originalmente en 300 para ir subiendo paulatinamente hasta absorber a la totalidad de quienes alguna vez prestaron servicios en esa empresa-, dista mucho de la promesa original. Un total de 100 obreros fueron notificados para retomar sus funciones, mientras la planta ya se encuentra operativa con mano de obra en su mayoría llegada de Tucumán.
“Están por tomar muy poco personal que pertenecía al ingenio. Los que están trabajando son de Tucumán. Quienes fueron convocados al día de hoy suman 100, y quedan otros 600 en la incertidumbre sobre su futuro laboral”, lamentó Cuenca.
Por esa razón acudieron ayer lunes al Ministerio de Producción, Trabajo y Ambiente de la Provincia, en donde presentaron una nota de la resolución de la asamblea realizada el día viernes buscando abrir un canal de diálogo con los nuevos dueños. La intención es establecer parámetros de negociación que sean beneficiosos para los trabajadores. “Son padres de familia, que necesitan este trabajo y que son, en definitiva los que lucharon para que pueda abrir nuevamente esta industria; los que lucharon por la economía de General Güemes. Es una falta de respeto y una provocación de parte de estos nuevos dueños lo que están haciendo”, reclamó el dirigente gremial.
En esta línea Cuenca advirtió que “si en esta semana no se logra o bien la empresa se niega a llegar a una negociación efectiva, el martes iniciará las medidas de fuerza que iniciarán con un paro total de actividades por tiempo indeterminado”, amenazó. De momento, la única respuesta favorable que lograron es la promesa de llamar a 50 trabajadores más.
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