Las condiciones de altas temperaturas y abundantes precipitaciones concentradas en pocos kilómetros, junto con el escalonamiento en las fechas de siembra fueron las principales causas de la rápida reproducción y migración de plagas. Y al no registrarse bajas en la temperatura, las plagas continúan presentes.
Desde la Comisión Directiva de PROGRANO, el productor Francisco Mauro explicó que “en general, las precipitaciones concentradas en muy pocos kilómetros, además de las plagas en los cultivos, generan un panorama de desastre. En lo relativo a los porotos tenemos grandes superficies sin sembrar por estas condiciones, lo que nos hace esperar un rinde de entre 40% y 50% menor con cosechas tardías. Esta es la mayor producción del norte, por lo cual estamos muy afectados. En cuanto a las plagas, con lo que es la chicharrita se complicaron las plantaciones de maíz”, explicó.
“Pero no solo se trata de la campaña anterior. Hace tres años que venimos de golpes muy fuertes de sequía, heladas y enfermedades. Hay muchas situaciones de arrastre que dejarán a varios productores fuera de competencia”, lamentó.
Ante este escenario, la liberación de importaciones tendría que favorecer al sector facilitando el ingreso de insecticidas específicos e insumos para el desarrollo de los cultivos. Pero según el directivo, las normativas aún no están claras y las transacciones no tienen la agilidad suficiente. "Esto no está totalmente resuelto. En el tema agroquímicos nos favorecería muchísimo poder contar con los insumos, pero las reglas no están claras y seguimos a la espera”, aseguró.
La chicharrita “maldita”
El achaparramiento del maíz, causado por la bacteria Spiroplasma kunkelii, es una enfermedad transmitida por la chicharrita Dalbulus maidis al alimentarse. Se trata de un insecto que tiene entre 3 a 4 milímetros de longitud, de color amarillo pálido y que tiene dos manchas redondas negras sobre el vértice de la cabeza. Los individuos adultos se alojan en hojas o tallos y las ninfas jóvenes se encuentran preferentemente en las hojas jóvenes de cogollo de la planta. La hembra pone en promedio 480 huevos durante su vida.
Según explicó el especialista del INTA Diego Szwarc “entre los meses de noviembre y mayo, las chicharritas tienen al menos cinco generaciones y los adultos provenientes de la última generación sobreviven el invierno en malezas, maíz guacho o cultivos como trigo y colonizan los cultivos de maíz durante la primavera siguiente”.
Los síntomas leves incluyen hojas con rayas cloróticas que aparecen cerca de la base y se extienden hacia las puntas. Además, las hojas pueden mostrar enrojecimiento o deformaciones en los márgenes. Los síntomas graves aparecen como entrenudos acortados, exacerbada prolificidad y aparición de espigas múltiples infértiles, acortamiento del período de llenado de granos, con la consecuente caída del peso de estos y en ataques severos, la muerte prematura de plantas.
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