Desarrollador de UCASAL obtuvo el segundo puesto en un Hackatón nacional 

"Argentina hackea el Covid-19", es un evento que surgió con el objetivo de buscar proyectos tecnológicos en medio de la emergencia por la pandemia generada por el coronavirus. Eduardo Diedrich, quien se desempeña en el área de sistemas de la Universidad Católica de Salta, concursó en este hackatón y obtuvo el segundo puesto.

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La convocatoria, que tuvo lugar entre el 17 y el 19 de abril y que tiene como patrocinadores al Ministerio de Desarrollo Productivo, la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica y la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Provincia de Santa Fe, entre otros, tuvo como finalidad convocar a desarrolladores para instarlos a crear una app, una plataforma o un producto para hacer frente a algún problema específico relacionado con las consecuencias que tiene la Pandemia en la sociedad hoy en día.


Eduardo Dietrich desarrolló para la ocasión una app que busca conectar a personas que necesitan o solicitan servicios y voluntarios para satisfacerlos, algo similar al programa “Uniendo Generaciones” que se encuentra desarrollando UCASAL en este momento. El profesional asegura que “fue todo un desafío, ya que en un primer momento estaba solo en el proyecto y luego, gracias a la plataforma Slack, pude contactarme con personas de todo país, quienes contribuyeron desde su lugar para llevar a cabo la idea. Fue un equipo interdisciplinario conformado por ingenieros como Soledad y Oscar; desarrolladores, programadores, como Lisandro y Juan Pablo; y la diseñadora gráfica Sabrina. Funcionó muy bien la parte creativa y la técnica, teniendo en cuenta que no nos conocíamos anteriormente. Además, obtuvimos el mentoreo de algunos de los organizadores como Francisco Simón, Matías Gramundo, Miguel Schpeir y Enzo Chiaffitelli que nos ayudaban a no perder el foco y dejar que las ideas fluyan".

Más de treinta equipos se inscribieron para participar de “Argentina hackea el COVID-19”. Los mismos fueron evaluados por un jurado compuesto por universidades, gobierno y emprendedores y sólo tres pasaron a la siguiente etapa, que consiste en desarrollar, desde sus respectivos hogares, el proyecto durante las siguientes cuatro semanas.


De esta manera, en medio de la pandemia la virtualidad nos enseña, una vez más, que no hay fronteras para trabajar de manera grupal, buscar posibles soluciones por el bien de la sociedad y vivir experiencias inolvidables.

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