Lucas y Gabriel Alzogaray iniciaron hace dos años su empresa casi sin saberlo. Curiosos, se anotaron en la Escuela Municipal de Emprendedores para capacitarse en el área de su interés. Papá, siempre impulsando los sueños de sus pequeños fue su primer inversor y quien les proveyó su primera máquina. La Municipalidad de Salta, viendo el talento de los chicos, los invitó a participar de las distintas ferias que organizaban.
El aprendizaje fue para todos, los chicos avanzaban y se tomaban seriamente sus estudios mientras mamá y papá se encargaban de la parte operativa.
“Uno aprende con los clientes, de lo que nos van pidiendo; las ferias fueron un canal invaluable para nosotros. Las personas no esperan ver productos en 3D, llaveros, adornos, macetas, trabajamos con diferentes tipos de materiales. También algunas piezas automotrices de importación que nosotros las replicamos, pero nuestro fuerte es el animé, articulados, llaveros, mates, los pedidos de colección”, detalló Claudia Cuello, mamá de Lucas y Gabriel, a cargo de la parte artística y la comercialización. Hoy trabajan a cinco máquinas y a mayor velocidad para responder a los pedidos.
Esto es posible por el trabajo duro que dedicaron desde el primer día, pero también porque el ecosistema emprendedor les dio la bienvenida y los abrazó aconsejándolos y guiándolos en esta ruta.
“En nuestra primera feria no teníamos ni un tablón, los emprendedores nos recibieron y encontramos una comunidad hermosa en donde todos están para ayudarse. Eso nos dieron las ferias y en especial Potencia: canales y mucha hermandad”, valoró Claudia.
El sueño de esta familia es seguir emprendiendo, fusionando la tecnología con el arte de mamá, ya en un taller propio para recibir a clientes y otros emprendedores como ellos.
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