“No podía ser de otra manera: nos fue mal”, admite con resignación el Presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Salta, Rubén Barrios al ser consultado por IN Salta respecto de los índices del último fin de semana. Es que, en una economía en la que el dólar no encuentra techo y los productos más esenciales sufren incrementos constantes, los salteños eligieron cuidar el peso y el regalo para papá fue el principal blanco para los recortes. Caminar mucho, buscar precios, pedir descuentos y estar dispuestos a llegar con algo menor a lo planeado a la mesa de papá fue la regla en todo el país. De acuerdo a las cifras de la CAME cerró con 6,4% de caída. En Salta se sintió un poco más y el balance fue en negativo en un 7,3%.
“Sigue la caída en el consumo y el Día del padre no fue la excepción, evidentemente todas las turbulencias financieras provocan pánico en la gente que restringe el consumo”, analizó Barrios. La “fiebre mundialista”, fue otro fiasco comercial y Salta alentó desde el corazón, pero los productos celeste y blanco aguardan en vidriera.
Con uñas y dientes
El comercio se aferra a la esperanza, y aguarda una reactivación que demora, pero que siempre deja una promesa de llegada. “Hay cambios de funcionarios y eso siempre nos da alguna esperanza. Tenemos motivos sobrados en esta oportunidad por cuanto el nuevo Ministro de producción es un conocedor de las industrias y las PYMes y tal vez logremos destrabar el consumo interno con medidas más acertadas y pensadas para el sector”, auguró Barrios.
En esta línea también se enmarcan acciones como la renovación del plan Compras 3D por tres meses más y un julio que, con un peso devaluado solo puede acercar buenas noticias al comercio por el lado del turismo.
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