Del evento participaron Rafael Sanchez, CIO y COO del Grupo BSG, Sabrina Dimare, directora de Rasti, Javier Viqueira, presidente de Adox y a Marina Felgueras, Product Owner Pago a Proveedores de Supervielle, en tanto que fue conducido por Pablo Orcinoli.
Cuando se consultó a los participantes cuándo creen que es el momento propicio para innovar, las respuestas fueron categóricas y a tono con una época de cambios permanentes: para el 85% siempre es un buen momento para innovar, para el 3% lo es en tiempos de crecimiento, para el 12% lo es en tiempos de crisis 3%, en tanto que para nadie la estabilidad es sinónimo de innovación. La zona de confort no parece ser la guía tanto para las organizaciones como para las personas. Mientras Rafael Sanchez hizo referencia a la importancia de la humildad y de dejar a un costado el ego para llevar a cabo procesos de innovación, Dimare subrayó que “Argentina es una tierra de oportunidades” y dijo que “los empleados son canales abiertos para la innovación”. A su turno, Felgueras, que hizo hincapié en la cultura ágil del Banco mencionó la importancia de “centrarse en el cliente, para estar a tono con lo que dicta el mercado”. Viqueira, en tanto, agregó que en Adox han logrado pasar de la innovación incremental a la disruptiva asociada al conocimiento externo, y que la innovación ha sido parte del recorrido con independencia del contexto.
El relevamiento también sirvió para dar cuenta del estado de madurez de las empresas y de los colaboradores. Tal es así que ante la pregunta “¿tiene a su empresa (plantel, procesos) preparada para innovar?”, sólo el 27% respondió afirmativamente, el 21% dijo que no, en tanto que el 52% está en proceso. Todos los panelistas coincidieron que los cambios y la innovación es bidireccional: de abajo para arriba y de arriba para abajo, y que la misma requiere de método y de datos que muestren evidencia. Para Martín Yechua, director ejecutivo de Adiras, “la adaptación al cambio no es una opción, pero a su vez, no es para todos, y más si se trata de llevar a cabo en períodos de crisis. En ese marco, dice Yechua que “el rol del N1 es clave para determinar hacia dónde vamos, y cómo vamos, en tanto que la comunicación clara y asertiva es mucho más relevante que en la Pre Pandemia”.
Por último, se consultó a los participantes con qué tipo con qué tipo de cultura asocia a su empresa. Para el 73 % sus organizaciones tienen un patrón cultural “flexible y adaptativo”, para el 15 % lo que prevalece es la impronta del N°1, en tanto que para el 7 % sus organizaciones tienden a ser burocráticas. Los panelistas dijeron que en la cultura pyme tradicional es típica una fuerte presencia del fundador. Sin embargo, coincidieron que tener una orientación al mercado, incluso invitando a clientes al co-diseño de productos y servicios, lo que implica mayores niveles de adaptabilidad, es el primer paso para crecer y favorecer la innovación
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