El Gasoducto de Anta, anunciado con bombos y platillos hace más de 10 años, nunca llegó a construirse. La obra, pensada para llevar confort a los hogares pero sobre todo posibilidades de desarrollo industrial y de la agroindustria asociada a la producción de alimentos en todo el sudeste salteño, fue reactivada a partir de una iniciativa de la sociedad estatal Recursos Energéticos y Mineros de Salta (REMSA), que renegoció los contratos caídos y comenzará en los próximos días a ejecutar las obras.
El contrato entre REMSA y la empresa constructora Conta, que será la encargada de llevar a cabo las obras de redes de gas y conexiones domiciliarias, fue firmado el pasado viernes por los titulares de ambas partes: los directores de REMSA, Alberto Castillo, Javier Montero y Diego San Miguel; y por la empresa constructora, Walter Conta.
A partir de ello, esta semana se dará inicio a esta obra que beneficiará a 10.000 personas con la provisión de gas natural, y que deberá ser ejecutada en un plazo de 180 días. En esta etapa se beneficiará a más de 2.000 hogares de Coronel Mollinedo, Olleros, Río del Valle, Gaona, Luis Burela y Piquete.
El equipo especializado de REMSA, acompañados por técnicos de Gasnor y un representante comunal, realizaron un relevamiento de datos casa por casa para dar inicio a esta obra fundamental para los habitantes de Anta, con el fin de generar condiciones básicas de vivienda y desarrollo económico y social para la zona.
En declaraciones periodísticas, Castillo remarcó que el gasoducto no sólo acercará el servicio a consumidores domiciliarios, sino que además posibilitará el desarrollo de nuevos emprendimientos agroindustriales como secaderos y plantas de tratamiento de la rica producción agrícola de esa región de la provincia.
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