INI Mondada es el nombre del emprendimiento de Inés Mondada, que nació en plena pandemia. Cuando todos los negocios cerraban sus puertas, ella además enfrentaba otra crisis personal. Su pequeño hijo de 11 meses padecía de diabetes y la necesitaba más que nunca. Fueron momentos difíciles y de tomar decisiones.
Tras la noticia, Inés decidió dejar su estudio de Arquitectura, en donde realizaba planos eléctricos y “cosas mucho más técnicas” junto a su marido desde el 2007.
“Estaba acostumbrada a trabajos particulares y además daba cátedras en la Universidad Católica de Salta. El más pequeño de mis hijos, con 11 meses, tenía diabetes. Esa experiencia nos enseñó mucho, y desde entonces estamos más atentos a nuestra dieta, sabemos de carbohidratos y azúcares”, confió.
Agregó que “pintar me permitía trabajar desde casa con Milo, pero empezó una parte mucho más complicada: conseguir proveedores de insumos. Los marcos no son baratos, la gestión del emprendimiento, poner precios, aprender cómo comunicar, cómo vender, hice cursos diferentes a los que hacía siempre: finanzas, feed de Instagram, y encontré a una comunidad dispuesta a ayudar a que la gente que se inicia”, celebró.
Sobre Inés también tenemos que saber que siempre fue artista, es su vehículo de expresión y lo hace muy bien. “Me dedico al arte desde hace tiempo; yo pintaba en esos momentos de crisis y mis amigas querían y me pedían cuadros para sus casas. Pero en ese momento no se me ocurría que podía dedicarme a eso, para nada”, recordó.
“En cuarentena, agarré las acuarelas de los chicos y eso es algo que tampoco se me había ocurrido. Mirá que probé con un montón de técnicas, hasta pinté con birome. Pero me pareció mágica la acuarela, por la fusión de colores que permitía, las transparencias, la posibilidad de ponerla en el cuadro más seca y más húmeda y me encantó”, contó.
Así nació INI Mondada, con cuadros a los que luego se sumaron las lámparas. “Amo todo lo que son interiores. La idea es ir creciendo en esta línea porque muchas veces la persona quiere un cuadro, una lámpara, ya tenés una casa terminada y luego nada combina”, explicó.
Con la salud del pequeño bebé Milo como prioridad, la venta física está descartada y el camino es la virtualidad. Tal es así, que en abril esperan abrir la tienda online. “Me parece la forma más segura para todo el mundo. Además ofrece muchas posibilidades para la venta mayorista y minorista. Yo hago los envíos a todo el país a través de Andreani o Vía Cargo, depende dónde está la sucursal o si quiere entrega a domicilio”, explicó.
“Esta crisis me permitió redescubrirme, reinventarme y conectarme con una parte de mí que no estaba activada. La complicidad de mi esposo me permitió avanzar en este proyecto de autorrealización”, concluyó.
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