A Carolina, una emprendedora de alma, el primer mes de la cuarentena no le costó demasiado. Tras años de dedicarse a las artesanías, había llegado el momento de hacer una parada.
“El primer mes de confinamiento fue de no hacer nada, quedarme en casa, organizar juegos y completar las cosas pendientes. Pero cuando se empezó a alargar incursioné por cursos, talleres de lecturas de libros y algo que me fuera interesando en el momento. Hasta el año pasado yo me dediqué a las artesanías, a la pintura, pero al encontrar todo cerrado me vi en la posición de ver qué más podía hacer. Más allá de la cuestión económica, que se fue modificado gratamente, lo que yo quería era dejar de ver todo el día series, que son buenísimas, pero a la larga también te aburre, y activar las neuronas”, contó.
Con ascendencia italiana, Carolina siempre fue amante de la buena cocina, y mamá siempre daba la talla con los finísimos paladares de sus comensales. Por ello, hace ya una década, abrieron junto a su hermana, una fábrica de pastas caseras en la provincia de Mendoza. Cuando llegó a Salta dejó atrás ese emprendimiento que retomó hace tres años produciendo tartas de verdura con masas y rellenos totalmente caseros, pero no disponía de movilidad para hacer las entregas.
“Esta cuarentena me rencontró con esas recetas que compartíamos con mi hermana y, casualmente ella también reabrió el negocio en Mendoza. Yo las modernicé con otras recetas que vi por internet. La movilidad ya la resolví, pero ahora solo hago pastas para entregar los fines de semana, porque no dispongo de una locación que me permita una producción más grande. Así que es el plan perfecto para el que no quiera cocinar el fin de semana”, invitó.
El futuro es alentador para esta emprendedora que sueña con tener un local en el centro de la ciudad para poder incrementar la producción y crecer con la empresa que lleva su nombre.
Si querés comprar pastas de La Carolina, comunícate al 3876 23-5301.
Tu opinión enriquece este artículo: