Con un escenario económico desafiante, pero con expectativas renovadas de estabilidad y crecimiento, el Consejo Profesional de Agrimensores, Ingenieros y Profesiones Afines de Salta (COPAIPA) inicia una nueva etapa. Felipe Biella asumió la presidencia con el respaldo unánime de los consejeros y una agenda que combina continuidad institucional y adaptación al nuevo mapa productivo de la provincia. En diálogo con IN Salta el nuevo titular del Consejo analizó el rol estratégico de los profesionales en la llegada de inversiones, el impacto del boom minero, la fuerte apuesta a la capacitación y las medidas adoptadas para acompañar a los matriculados en un contexto económico complejo.
—Asume la presidencia de COPAIPA con consenso unánime. ¿Con qué objetivos arranca esta nueva gestión?
—Efectivamente, he tenido la satisfacción de resultar electo por unanimidad por todos los consejeros. Arrancamos con el objetivo de seguir haciendo crecer a la institución en prestigio y en servicios, no solo para nuestros matriculados, sino también para la comunidad. Desde hace años el Consejo tiene metas claras y una de ellas es estar al servicio de la seguridad pública, como lo ha hecho siempre, y también de la educación y la formación continua.
—La capacitación aparece como uno de los ejes fuertes del Consejo. ¿Cómo se está trabajando en ese sentido?
—Hicimos una apuesta muy fuerte a la educación. A través de la Fundación COPAIPA ofrecemos una gran cantidad de cursos, charlas y capacitaciones, y además contamos con la plataforma Copaipa Play, donde están disponibles todas estas actividades. Es una herramienta muy valiosa tanto para nuestros matriculados como para la comunidad en general.
—En la vía pública se ve una fuerte campaña recomendando contratar profesionales matriculados. ¿Por qué es tan importante este mensaje?
—Porque contratar a un profesional matriculado es una cuestión de seguridad. No hacerlo muchas veces pone en riesgo la vida de una familia. La mayoría de los accidentes graves y fallecimientos tienen que ver con problemas de ingeniería: fallas estructurales, instalaciones eléctricas deficientes, demoliciones mal hechas, derrumbes. La vida no tiene precio y por eso insistimos tanto en este mensaje.
—La economía salteña cambió de manera rotunda con el boom de la minería. ¿Cómo se adaptó el COPAIPA a este nuevo escenario?
—Hace más de seis años que el COPAIPA viene trabajando en capacitaciones específicas para el sector minero. Junto con empresas mineras, cámaras de proveedores, la Unión Industrial y otros actores diseñamos cursos en función de lo que realmente demandan las empresas que van a contratar. Por eso tuvieron tanto éxito.
—¿Qué tipo de formación están ofreciendo hoy para quienes quieren insertarse en el sector minero?
—Tenemos cursos vinculados al litio, al mantenimiento, a la gestión, a la logística y también a servicios y contrataciones. Son capacitaciones muy accesibles, generalmente organizadas en módulos a lo largo del año, y pensadas para que quien ingresa a una empresa minera tenga la formación que esa empresa necesita. Incorporamos un formato híbrido, presencial y virtual, que es totalmente novedoso. Eso permite que profesionales que están trabajando en la Puna o en zonas alejadas puedan capacitarse a distancia. Hoy tenemos muchos alumnos que ya están empleados en mineras y siguen formándose con este sistema.
— ¿Qué otros desafíos se plantean para esta nueva gestión?
—Queremos seguir jerarquizando y profesionalizando la labor de nuestros matriculados y reforzar nuestro rol en la seguridad pública. Y también tenemos un desafío social muy importante: junto con las asociaciones profesionales, la obra social y la fundación, queremos lograr un predio cercano a la ciudad para que las familias de los matriculados puedan hacer deportes y realizar eventos. Tenemos un edificio institucional muy importante y un predio en Campo Alegre, pero necesitamos un espacio más cercano a la ciudad para que la familia de nuestra matrícula pueda disfrutarlo de manera más cotidiana. Es un sueño que tenemos como gestión y vamos a trabajar para hacerlo realidad.
—Se cierra un año económico complejo, con la construcción resentida. ¿Qué mensaje le deja a los matriculados y qué perspectivas ve para 2026?
—En primer lugar, desearles una muy feliz Navidad, con paz y en familia. Y para 2026, deseo estabilidad y trabajo, que es lo que todos buscamos. Desde la institución también acompañamos esta situación: ajustamos la matrícula solo un 10%, cuando la inflación fue superior al 30%, y redujimos en un 50% otros aranceles. Tenemos mucha confianza en que el 2026 va a ser un año de crecimiento de la economía, del trabajo y de consolidación de la estabilidad que necesita el país. Y en ese escenario, el rol de los profesionales especializados va a ser clave para acompañar la llegada de nuevas inversiones y empresas.
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