Con la misa de Fin de Zafra, Seaboard (ex Tabacal) arrancó los festejos de su centenario

En la celebración el presidente de la firma, Hugo Rossi, destacó los avances logrados en los últimos años, aunque reveló que las pérdidas de la empresa fueron las mayores en 7 años.

Image description
Image description
Image description

En la mañana de ayer Seaboard Energías Renovables y Alimentos (ex Tabacal) realizó su Misa de Fin de Zafra 2019. Una celebración muy especial, ya que dio cierre así a la Zafra número 100, un hito histórico para la actividad y para el país.


Antes de dar paso a sus palabras con las cuales cada año hace una evaluación de la zafra que termina y de las expectativas para el futuro, el presidente de la compañía Hugo Rossi expresó sus condolencias a los familiares de los trabajadores del ingenio La Esperanza, señalando que era un día de luto a raíz del grave accidente ocurrido allí el miércoles.

La ceremonia religiosa fue oficiada por el obispo de la diócesis de Orán, monseñor Luis Scozzina en la Parroquia Señor y Virgen del Milagro del pueblo San Martín del Tabacal, ante la presencia de 850 personas, funcionarios, trabajadores y sus familias de Seaboard Energías Renovables y Alimentos, la comunidad de Orán y autoridades provinciales y municipales de la región.

Rossi agradeció especialmente el esfuerzo realizado por los trabajadores de la empresa que “con total compromiso han llevado adelante una zafra en paz”, a pesar de que por factores climáticos y propios, la zafra “estuvo más baja de lo previsto en rindes”.  El presidente indicó que “han sido muchos meses de trabajo intenso, de mejorar cada día, de seguir construyendo la confianza de que tenemos un proyecto en común, que todos damos lo mejor de cada uno para mirar hacia un futuro que nos brinde lo que nuestra empresa y nuestra gente se merecen”.

Rossi afirmó que “hemos mejorado muchísimo en los últimos años en los temas de seguridad, ambientales, de salud”, lo cual que puede verse reflejado en el último Reporte de Sostenibilidad, así como en las certificaciones y re-certificaciones logradas.

Durante el 2019, la compañía logró la Certificación Internacional de Sostenibilidad y Carbono (ISCC) que le permitió exportar 7.167 m3 de alcohol anhidro a la Unión Europea (UE), así como también la certificación de su planta con la Organización Internacional Agropecuaria (OIA) para producir azúcar orgánico.

“Sabemos que estamos robusteciendo una operación de excelencia, con una cartera de productos que es lo que el mundo hoy y cada vez más, está buscando”, señaló. Hoy Seaboard Energías Renovables y Alimentos es considerado “uno de los mejores complejos sucro-alcoholeros del mundo” y un ejemplo a seguir, “dicho por los propios funcionarios de Bonsucro que visitaron las instalaciones hace unos días”, agregó.

Rossi sostuvo que “el desafío de los bajísimos precios del azúcar -de carácter internacional- y de los biocombustibles -producto de una política nacional que inexplicablemente pareció ignorar las inversiones y la generación de trabajado de nuestra industria- nos llevó a las mayores pérdidas de los últimos 7 años”.

“Nuestra empresa está preparada para volver a ser un motor de desarrollo del NOA, esperemos que las decisiones estratégicas de las políticas públicas, especialmente en el sector de los biocombustibles, estén a la altura del rumbo que sigue el mundo en la materia”, exhortó, apelando a que “todos los decisores, gobiernos, empresas y sociedad civil, encuentren el rumbo de la sostenibilidad como motor del progreso de nuestra región y de nuestro querido país”.


A su finalización, el presidente y otras autoridades de Seaboard Energías Renovables y Alimentos compartieron una choriceada y un brindis con todos los presentes en la calle de la iglesia del Pueblo, aprovechando la oportunidad para conversar y saludar personalmente a todos los trabajadores y asistentes.

Tu opinión enriquece este artículo:

La minería argentina ante un gran desafío de US$ 33.000 millones

La industria minera argentina se encuentra frente a una oportunidad histórica: destrabar proyectos y obras de infraestructura asociados que representan inversiones potenciales de hasta 33.000 millones de dólares para comienzos de la próxima década. Esta perspectiva alentadora se apoya en el auge del litio y el cobre, esenciales en la transición energética global, aunque enfrenta desafíos significativos en sectores como el oro y la plata, que padecen un declive productivo pese a los altos precios internacionales.