Con la reciente salida del cepo cambiario y un dólar que se mueve libremente entre los 1.000 y 1.400 pesos, muchos pequeños ahorristas comenzaron a replantear sus estrategias. ¿Conviene seguir apostando al billete verde o es tiempo de mirar otras opciones?
“En este momento el dólar no es un buen negocio”, aseguró el economista Rolando Carrizo en diálogo con IN Salta, al analizar el nuevo escenario financiero del país. Según explicó, hoy la divisa estadounidense presenta una tendencia bajista, empujada por un exceso de oferta, en parte gracias al ingreso de dólares como parte del acuerdo con el FMI y la temporada de liquidaciones del campo.
En este contexto, los plazos fijos volvieron a ganar protagonismo como una opción rentable y relativamente segura, especialmente después del reciente aumento de hasta siete puntos porcentuales en las tasas a 30 días.
¿Cuál es la mejor inversión?
Carrizo aclaró que todo depende del perfil del inversor y de su tolerancia al riesgo. “Si uno tiene dólares ahorrados y no es temeroso, puede conservar una parte —por ejemplo, la mitad— y convertir el resto a pesos para armar un plazo fijo a 30 días. Luego, mes a mes, se va evaluando la situación. Esa renta en pesos, reconvertida a dólares, puede dar una ganancia interesante”, detalló.
Además, indicó que hay otras opciones como fondos comunes de inversión o acciones de empresas ligadas al sector energético y bancario, que podrían revalorizarse siempre y cuando la economía continúe su proceso de estabilización. “Quien compró acciones de YPF hace un año duplicó su valor en dólares”, ejemplificó.
¿Y las criptomonedas?
Consultado sobre el boom cripto, fue contundente: “Es una alternativa solo para perfiles muy arriesgados y con buena información. No la recomiendo como primer paso en inversiones, porque es extremadamente volátil. Es casi como jugar en un casino”.
Para finalizar, aseguró que lo más prudente es armar una canasta de inversiones. “Hay que diversificar, un poco tener en dólares, un poco en pesos, algo en acciones o ladrillos, según cada situación. En un país tan volátil como Argentina, lo mejor es no poner todos los huevos en la misma canasta”, concluyó.