Carmela Bustelo, de House of Cholas: “Emprender me salvó la vida”

Carmela Bustelo es un torbellino de energía y su sonrisa ilumina el lugar donde está. Sobre su cabeza, los turbantes la condecoran y hablan. Ellos también tienen su historia.

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La historia de Carmela Bustelo no es la historia de la enfermedad que la aquejó a sus jóvenes 21 años. Ella no la oculta: la cuenta vestida de fortaleza, la toma, la hace propia y no deja jamás que eso la defina.


Ante los micrófonos recordará una y otra vez la tarde en que todo cambió para ella. Relata con entereza cómo entró a la guardia del sanatorio tras cuatro meses de una tos persistente. Allí le hicieron el examen de rutina, pero sumaron una radiografía de rostro y tórax, porque Carmela manifestaba dolores en los párpados y una molestia para respirar.

“Llamé a mi papá, que también vive en Buenos Aires, y le dije que se acercara a la guardia, que me había hecho estudios y se veía algo raro”. Llevaba ya seis horas ahí, sin que nadie le diera aún el temido diagnóstico. Finalmente, fue su papá quien armado de valor hiciera la pregunta que nadie quiere hacer jamás: ¿la masa que tiene es un tumor?, y la médica le dijo que sí.

Emprender o dejarse ir

Lo que siguió fueron días y meses de mucha angustia. Los atravesó rodeada del amor de su familia y el cuerpo médico. Pero un diagnóstico así no se enfrenta sólo desde lo físico, sino también desde lo psicológico.

Tras poco tiempo de terapia, fue conducida a una epifanía que la pondría en una encrucijada: Avanzar o estancarse y ver qué pasa. Para personas como Carmela la alternativa es una sola y fue la rama del emprendimiento la que la encontró a ella.

En este punto, tenemos que contar que Carmela siempre fue la niña coqueta que se ve ahora, pero cuyos dorados cabellos la abrazaban hasta la cadera. Los tratamientos la obligaron primero a cortarlo y luego a hacer un cambio más radical. Pero claro, a ella no le cabían los aburridos pañuelos unicolores y simples. No, ella se iba a reconstruir desde la cabeza.

Cuando sus amigas vieron su turbante, fue furor y quienes sufren padecimientos similares (y quienes no también) codiciaban la maravillosa confección. Inició con diez turbantes y abrió una cuenta de Instagram que en menos de 24 horas había sumado 1.500 seguidores.

Muchas famosas lo habían publicado en sus historias, y House of Cholas es hoy un emprendimiento en marcha.

“Me salvó la vida, literalmente. Es increíble cómo una cabeza con otro enfoque te puede sacar de un lugar muy oscuro en el peor momento de tu vida y convertir esa misma situación en oportunidad. Hoy estoy más feliz que nunca y más aferrada a la vida que nunca”, celebra.


Buscá House of Cholas en las redes sociales, y encargá tu turbante, porque ya está disponible la colección de primavera. 

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